Gov’t Mule y Jason Bonham rinden tributo a John Bonham

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El pasado 25 de septiembre la gira de Gov’t Mule recaló en el Jackie Gleason Theater de Miami Beach. La fecha coincidía con el trigésimo sexto aniversario de la muerte de John BonhamWarren Haynes y los suyos aprovecharon la ocasión para invitar al hijo del mítico batería de Led Zeppelin, Jason Bonham, a unirse a ellos al comienzo del segundo set para rendir tributo a su padre.

Juntos, Jason y la Mula, interpretaron dos de los grandes clásicos del repertorio Zeppelin: un sobrecogedor «Since I’ve Been Loving You» con Warren enorme a la voz y una extensa versión de «No Quarter» que sirvió de plataforma para una tremenda jam instrumental. A continuación podéis ver un vídeo grabado desde el fondo del anfiteatro pero con un sonido perfecto de este épico homenaje a uno de los grandes bateristas de la historia del rock.

Top 5: Plagios de Led Zeppelin

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Esta semana ha saltado la noticia de que un tribunal de Los Ángeles ha admitido una demanda que acusa a Led Zeppelin de plagio por la similitud entre la melodía inicial de «Stairway To Heaven» y la de «Taurus» de Spirit. Inmediatamente se ha provocado un gran revuelo en las redes sociales que no termino de entender porque el parecido entre ambas canciones se conoce desde hace décadas y el gusto de Page, Plant y compañía por apropiarse de lo ajeno lleva siendo vox pópuli desde los años setenta. De hecho esta ni siquiera es la primera querella de este tipo que se salda con la obligación de incluir a terceros en los créditos compositivos de los discos del cuarteto.

Homer Simpson se refirió a Jimmy Page en una ocasión como «el ladrón más grande de música negra norteamericana que haya pisado la Tierra», pero lo cierto es que el bueno de Jimmy no se limitaba únicamente a sablear a los viejos maestros del blues, sino que cubrió todo el espectro musical de su época. Led Zeppelin son por derecho propio una de las bandas más grandes de la historia del rock pero desde luego nunca fueron una de las más éticas. He aquí cinco ejemplos de canciones que el grupo tomó prestadas de otros artistas a los que, por alguna extraña razón, se les pasó acreditar como autores.

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Top 5 – 46 años de Woodstock

Woodstock

Este fin de semana se cumplen 46 años del festival más icónico de la historia del rock: Woodstock. Entre el 15 y el 17 de agosto de 1969, unas 400.000 personas se reunieron en los terrenos del granjero Max Yasgur en Bethel, un pequeño pueblo del condado de Sullivan, 40 millas al suroeste de la ciudad de Woodstock, Nueva York, para tres días de paz y música que han pasado a los anales como el acontecimiento clave de la contracultura hippie de finales de los sesenta.

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Bootleg: Led Zeppelin – Earl’s Court Arena, Londres, 25/5/1975

Earl's Court

La semana pasada se cumplieron 40 años de uno de los episodios más legendarios de la carrera de Led Zeppelin: su residencia en el londinense Earl’s Court Arena en mayo de 1975. La banda acababa de regresar de la mastodóntica gira estadounidense de presentación de su sexto disco, el totémico doble LP Physical Graffitti, y los shows del Earl’s Court supusieron sus primeras actuaciones en suelo británico en más de dos años, creando una expectación enorme. En principio el cuarteto iba a ofrecer tres conciertos los días 23, 24 y 25, pero ante la impresionante demanda (las entradas se agotaron en menos de cuatro horas) decidieron añadir dos fechas más para el 17 y el 18. En total se vendieron más de 85.000 localidades, batiendo el record histórico de entradas vendidas para ver a un solo artista en Inglaterra hasta la fecha.

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Top 5 – Rock and Roll Hall of Fame

Rock Hall

Ringo Starr, George Harrison, Mick Jagger, Bob Dylan y otros destrozan «I Saw Her Standing There» en la ceremonia de 1988 del Rock and Roll Hall of Fame

El pasado sábado 18 de abril tuvo lugar la trigésima ceremonia anual del Rock and Roll Hall of Fame y más de 10.000 personas abarrotaron el Public Hall de Cleveland para ver cómo Joan Jett, Bill Whithers, Stevie Ray Vaughan, la Butterfield Blues Band y Green Day se convertían en miembros del selecto club y Ringo Starr y Lou Reed (a título póstumo) revalidaban su título como artistas en solitario (ambos ya habían sido honorados hace años como miembros de los Beatles y la Velvet Underground respectivamente).

El Rock and Roll Hall of Fame puede ser tildado de artificioso y esnob, y es cierto que, aunque se han dado excepciones, las all star jams que se preparan cada año suelen ser o bochornosamente desastrosas (véase el ejemplo de la de la foto que encabeza este artículo) o excesivamente adulteradas (ver a Ringo Starr y Paul McCartney cantar «Boys» acompañados de miembros de Green Day, los Yeah Yeah Yeahs y Miley Cyrus no es precisamente mi idea del rock and roll…) No obstante, desde hace décadas estas ceremonias de investidura se han convertido en el gran encuentro anual de la realeza del rock, y como tal nos han dejado muchos momentos para el recuerdo, ya sea en forma de emotivos discursos en los que grandes artistas se emocionan al hablar de sus ídolos, sorprendentes reencuentros entre antiguos compañeros que llevaban años sin subirse juntos a un escenario, demoledoras actuaciones musicales, o disparatadas salidas de tono e inesperadas broncas que sacan a relucir ese espíritu de peligro e imprevisibilidad que es la auténtica esencia del rock and roll. Estos son cinco de mis favoritos.

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The Pretty Things: Entrevista exclusiva

Phil Dick

Estamos doblando la esquina de la avenida de Pedro Diez con la calle Cuclillo para llegar a Gruta 77 cuando, de repente, nos encontramos frente a frente con Dick Taylor. El septuagenario guitarrista y sus dos acompañantes pasan de largo y, tras unos segundos de incrédula perplejidad, echamos a correr para abordarle y preguntarle si le importaría concedernos una entrevista. Taylor asegura que no hay ningún problema y nos guía hasta un bar cercano donde, tras invitarnos a sentarnos a la mesa con él, procede a mostrarse sorprendentemente cercano, amable y comunicativo durante los más de treinta minutos que dura nuestra conversación, bromeando y exhibiendo una cercanía que transmite la sensación de estar charlando con un simpático parroquiano con el que coincides a menudo en la misma tasca y que siempre tiene buenas historias que contar.

Pero las historias de Dick Taylor no son las de cualquier parroquiano de bar. El hombre de 71 años que tenemos ante nosotros montó cierta banda junto a unos tales Mick Jagger y Keith Richards allá por 1960; banda que abandonó a finales de 1962, al poco de que adoptaran el nombre Rolling Stones, para montar su propio grupo, los Pretty Things, cuya imagen y actitud hacían que los Stones parecieran hermanitas de la caridad. Durante los siguientes seis años, Taylor y los Pretty Things abanderarían el sonido sucio y subversivo del rhythm & blues británico, serían pioneros en el desarrollo de la psicodelia con temas como “Defecting Grey”, a cuyo lado “Strawberry Fields Forever” o “See Emily Play” parecían inocentes canciones de cuna, y compondrían la primera ópera rock de la historia, S.F. Sorrow, un disco cuyos surcos Pete Townshend llegaría a desgastar de tanto escucharlo. Tras abandonar la banda en 1969, Taylor tuvo un importante rol en el desarrollo del rock underground británico al producir los primeros discos de bandas como Hawkwind o Cochise.

Durante parte de la entrevista también se nos une el carismático vocalista Phil May, que siguió tirando del carro de los Pretty Things tras la marcha de Taylor, llevándoles a grabar su segunda obra maestra consecutiva, Parachute, y guiándoles a través de una década de 1970 en la que se codearon con Led Zeppelin y se convirtieron en una influencia crucial para el movimiento punk antes de su separación en 1976. Pero pese a este papel decisivo en el desarrollo del rock and roll de los últimos 50 años, los Pretty Things nunca llegaron a tener el éxito que hubieran merecido, y mientras sus contemporáneos llenan estadios noche tras noche y ganan millones, Taylor y May llevan treinta años girando en una furgoneta por salas pequeñas con el cartel de “banda de culto” a cuestas. Una circunstancia que, a la larga, probablemente haya demostrado ser un aliciente para los Pretties, que no muestran ni un ápice de la inaccesibilidad, la grandilocuencia y la arrogancia que suele caracterizar a las estrellas del rock. Resulta cuanto menos sorprendente conocer a dos tipos que, con semejante pedigrí, tengan los pies tan en el suelo y derrochen tal simpatía y afabilidad en el trato como Dick Taylor y Phil May. Damas y caballeros: The Pretty Things.

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