No corren buenos tiempos para ser un deadhead.
John Mayer hace bailes espasmódicos vestido con un pijama de cuadros al frente de lo que queda de los Grateful Dead ante una audiencia de milenials deseosa de que el ídolo pop interprete uno de sus hits en lugar de «Stella Blue» al salir de «Space», Pull & Bear y Primark venden camisetas estampadas con el Steal Your Face, y David Lemieux se empeña en vaciar los bolsillos de los fans de la vieja guardia con una interminable sucesión de reediciones y box sets cuyo atractivo visual sólo es comparable a su precio.
Pero no todo está perdido: aún nos queda Phish.