Bootleg: Neil Young & Crazy Horse – Nagoya, Japón, 3/3/1976

Neil Nagoya

Esta semana se cumplen 39 años de la célebre gira japonesa de 1976 de Neil Young & Crazy Horse. Estos ocho conciertos supusieron el gran estreno de la segunda formación de la banda, con Frank «Poncho» Sampedro sustituyendo al malogrado guitarrista Danny Whitten, que había fallecido en 1972. El bajista de Crazy Horse Billy Talbot había conocido a Poncho en 1974 y le había invitado a una serie de jam sessions en su casa junto al batería Ralph Molina. Animados por el resultado de estas sesiones, Talbot y Molina decidieron llamar a su viejo compinche Neil para que se acercara a tocar con ellos a principios del año siguiente. En estos distendidos ensayos en el garaje de Talbot, Young encontró el consuelo que llevaba buscando tras la muerte de Whitten y que no había conseguido encontrar en la agitada gira de reunión de Crosby, Stills, Nash & Young del año anterior. Improvisando junto a la nueva formación de Crazy Horse el canadiense redescubrió la diversión, la energía y la pasión que le habían empujado a conducir las 2000 millas que separan Toronto de Los Ángeles 9 años atrás para cumplir su sueño de dedicarse a la música.

Estas vibraciones positivas alentaron al cuarteto a entrar al estudio en el verano de 1975 para grabar el clásico Zuma, estruendoso manifiesto del nuevo sonido Crazy Horse. Gran parte de la culpa de este cambio de sonido la tuvo Frank Sampedro. Al contrario que Whitten, Poncho era un guitarrista eminentemente rítmico e incluso algo limitado (el propio Neil bromeó en una entrevista de la época asegurando que tenía que componer canciones cada vez más sencillas «para que Frank pueda tocarlas»). Este estilo más simple y primitivo condujo a la creación del mastodóntico muro de sonido que 40 años después sigue siendo la seña de identidad de Crazy Horse: una imponente locomotora rítmica formada por Sampedro, Molina y Talbot, majestuosa en su aplastante sencillez de cadencia cavernícola, que pronto se erigió como el trasfondo perfecto para la iracunda pirotecnia guitarrística de Young.

Con motivo de la edición de Zuma, la banda se embarcó en una breve serie de conciertos por locales de pequeño aforo en la costa californiana en diciembre de 1975 que bautizaron como la «Rolling Zuma Revue» en burlona referencia al Rolling Thuder Revue de Bob Dylan, pero la gira japonesa de marzo de 1976 fue la primera exposición de los nuevos Crazy Horse a un público masivo. Todo un shock para Sampedro, que un año antes era un fan más de Neil Young que tocaba por encima de Everybody Knows This Is Nowhere en su salón y ahora se encontraba interpretando esas mismas canciones junto a su creador ante miles de fans enloquecidos. El guitarrista afrontó la situación lo mejor que pudo. En Shakey, la biografía de Young escrita por Jimmy McDonough, Poncho relató las consecuencias de la doble dosis de LSD que se tomó para relajarse antes de saltar al escenario del célebre Budokan de Tokyo: «Estaba tan colocado que no podía ni levantar la vista. Rasgaba las cuerdas de mi guitarra – que eran como de ocho colores distintos – y se chocaban contra el suelo y rebotaban hasta el techo».

Crazy Horse Japan

Neil Young, Frank «Poncho» Sampedro y Billy Talbot durante la gira japonesa de 1976

El blog Midnight Cafe Bootlegs ha compartido esta grabación hecha desde el público del primer concierto de la gira en el Aichken Taiikukan de Nagoya que tiene un sonido prácticamente perfecto. Como era habitual, el concierto empieza con un set acústico en el que Neil interpreta clásicos como «Tell Me Why», «After The Gold Rush» o «Heart Of Gold» además de temas nuevos como «Too Far Gone» (que no grabaría hasta 1989 en el disco Freedom) y la todavía inédita «No One Seems To Know». El plato fuerte, sin embargo, llega en la segunda parte del show cuando Crazy Horse salen a escena para conjurar su aplastante tormenta eléctrica.

El set comienza con una arrolladora lectura de «Country Home», uno de los mejores temas compuestos por Neil en esta época que, sin embargo, no aparecería en un disco de estudio hasta 15 años después en el genial Ragged Glory, seguida de «Don’t Cry No Tears», el precioso medio tiempo que abre Zuma y que pone de manifiesto otra de las señas de identidad del Caballo: su particular manera de elevar las composiciones de Young con sus característicos coros al unísono. A partir de ahí el repertorio alterna temas más cortos como la countryosa «The Losing End» y la enérgica «Drive Back» con la majestuosidad electrificada de clásicos como «Down By The River», «Like A Hurricane» o «Southern Man», que funcionan como lanzaderas para que Neil se deje llevar en imprevisibles viajes por el mástil de su Old Black mientras Crazy Horse construyen un monolítico paisaje sónico a sus espaldas. El concierto llega a su fin con una contundente «Cinnamon Girl» y un último bis con una versión sorprendentemente corta de «Cortez The Killer» (tan sólo 6 minutos cuando no es extraño que la  interpretación media del tema sobrepase la barrera del cuarto de hora) que pese a su recortado minutaje alberga algunos pasajes instrumentales de una belleza absolutamente sobrecogedora.

Han pasado casi cuatro décadas de este concierto y resulta reconfortante comprobar que Neil sigue al pie del cañón. A sus 69 años, el canadiense condensó más actividad el pasado 2014 que muchos artistas en toda su carrera, publicando dos discos diametralmente opuestos (el parco A Letter Home, registrado en una cabina de grabación acompañándose únicamente de su voz, su guitarra y su armónica, y el grandilocuente Storytone, en el que las canciones van adornadas con arreglos de orquesta y big band), girando con Crazy Horse, promocionando su reproductor de audio de alta calidad portátil Pono y editando una inquietante segunda parte de sus memorias dedicada exclusivamente a su amor por los coches y los perros: Special Deluxe. Todo esto por no hablar de su compromiso con el activismo medioambiental y su inesperado divorcio de Pegi Young, su esposa desde 1978, que fue seguido de un sorprendente y mediático romance con la actriz Daryl Hannah.

Crazy Horse

Molina, Talbot, Sampedro y Young

Mientras esperamos a ver si la agenda del canadiense estará tan apretada este año como el anterior, disfrutad de este impresionante documento de la segunda encarnación de Neil Young & Crazy Horse en los albores de 40 años de esplendor oxidado.

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